Mi perro es inglés y un poco extraterrestre, se llama Io
como la luna más bonita de Júpiter y es un Fox Terrier.
Como buen inglés, es aficionado al té con pastas.
Lo tomamos dos veces al día: a las 12 de la mañana (la
hora del Ángelus) y hacia las seis de la tarde (las cinco en Londres).
Ya es mayor, de la tercera edad, y no oye bien. Hasta hace
poco tiempo, el sonido de la cucharilla removiendo el azúcar le alertaba de que
había llegado el momento tan esperado, pero aún le queda el olfato.
Sí, compartimos el té con pastas porque yo me bebo el té y él se come las pastas (más bien galletas), formamos una pareja perfecta.
Aunque él, a veces, pierde un poco las formas... ; )